Contrato de arrendamiento verbal: ¿es legal?
Contrato de arrendamiento verbal: ¿es legal?

Contrato de arrendamiento verbal: ¿es legal?

En el arrendamiento inmobiliario, la palabra escrita suele ser la norma. Sin embargo, ¿qué sucede cuando las partes involucradas deciden sellar un acuerdo únicamente con un apretón de manos y sin poner nada por escrito? Este es el terreno del contrato de arrendamiento verbal, una práctica que, si bien reconocida por la ley, suele acarrear ciertos riesgos para ambas partes.

¿Existe el contrato de arrendamiento verbal?

Según lo estipulado en el artículo 1547 del Código Civil, el contrato de arrendamiento verbal sí está reconocido a nivel legal. Este tipo de acuerdo se establece únicamente a través de la palabra, sin que exista un documento escrito que lo respalde. Aunque la ley lo reconoce, su uso no es recomendado, especialmente en el ámbito del alquiler de inmuebles.

¿Qué problemas puede haber con un contrato verbal?

El contrato de arrendamiento verbal, aunque legalmente reconocido, puede generar una serie de complicaciones y problemas para ambas partes involucradas. Estos son algunos de los desafíos más comunes que pueden surgir:

Falta de evidencia

Al no contar con un documento escrito que detalle las condiciones del arrendamiento, las partes carecen de evidencia tangible para respaldar sus derechos y obligaciones. Esto puede dificultar la resolución de disputas en caso de que surjan diferencias de interpretación o incumplimientos.

Ambigüedad en los términos

La verbalización de un contrato puede llevar a la ambigüedad en cuanto a las condiciones acordadas. Sin una descripción clara y detallada de aspectos como el monto de la renta, la duración del arrendamiento, las responsabilidades de mantenimiento y otros términos importantes, las partes pueden tener interpretaciones divergentes que conduzcan a conflictos.

Dificultad para probar el acuerdo

En situaciones legales, la carga de la prueba recae en quien alega determinados hechos. En el caso de un contrato verbal, demostrar la existencia del acuerdo y sus términos puede ser complicados, ya que se basa en la palabra hablada y en la confianza mutua entre las partes.

Vulnerabilidad en caso de incumplimiento

En ausencia de un contrato escrito, las partes pueden enfrentar dificultades para hacer valer sus derechos en caso de incumplimiento por parte del otro. Esto incluye situaciones como el impago de la renta, el deterioro del inmueble o el incumplimiento de otras cláusulas acordadas verbalmente.

Riesgo de cambios en la relación

Las relaciones entre arrendador y arrendatario pueden evolucionar con el tiempo, y lo que fue aceptable inicialmente puede no serlo más tarde. Sin un contrato por escrito que establezca claramente las condiciones y los límites de la relación, las partes pueden encontrarse en situaciones conflictivas cuando surjan cambios o nuevas circunstancias.

¿Qué ocurre en caso de impago en un contrato verbal?

Cuando un contrato de arrendamiento es verbal, la situación se complica aún más en caso de impago por parte del arrendatario. La ausencia de un documento escrito que establezca las condiciones de pago y las consecuencias por incumplimiento dificulta la acción legal del arrendador para reclamar el pago de la renta adeudada.

¿Cómo hacer un contrato de alquiler verbal para que tenga validez y no haya problemas legales?

Aunque la opción del contrato verbal existe, es altamente recomendable evitarla en la medida de lo posible. En caso de optar por un acuerdo verbal, es fundamental que ambas partes estén de acuerdo en todas las condiciones del arrendamiento y que exista una relación de confianza mutua. Sin embargo, la mejor manera de evitar problemas legales y asegurar los derechos y obligaciones de ambas partes es formalizar el acuerdo mediante un contrato por escrito.

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